Balaídos sufrió a un equipo celeste que es el cuarto más goleado pese a que Iago Aspas es pichichi junto a Messi y Benzema
Era un día radiante de sol en el que la expedición de "Carcamáns" que partió de mañana desde A Illa en catamarán para acercarse a Vigo a ver el partido, para celebrar así el 20 aniversario de tan insigne peña, gozó de una plácida singladura, mejillones mediante. Y la jornada solariega trasladó esa luminosidad a los primeros minutos del encuentro ante el Valladolid ya en Balaídos. Un Balaídos de nuevo escaso en número, con poco más de 16.000 almas.
Pero esa brillantez se fue tornando poco a poco en sufrimiento. El de una afición que veía a los suyos empeñados en cederle balón e iniciativa a un rival que parecía sobrepasado por los acontecimientos. El celtismo navegaba entre la desesperación de lo que veía y la fe en lo que intuía: la mayor calidad de los suyos. Esa que permitió festejar hasta tres goles. Lástima que también hubo tiempo para lamentar otros tantos.
La grada, en la que en Tribuna Baja se situaron parte de los damnificados por la explosión de la pirotecnia en Tui y beneficiados por la recaudación del pasado Memorial Quinocho, fue mudando la color. Palideciendo ante el intercambio de golpes.
Porque el Celta ha encajado seis tantos en los dos últimos encuentros, que se suman a los dos de los tres duelos anteriores. Un total de ocho que, a día de ayer, situaba al celeste como el cuarto equipo más goleado de Primera, sólo por detrás de Huesca (16º), Rayo Vallecano (19º) y Leganés (20º). Y todo a pesar de que Iago Aspas, con cuatro tantos, compartía anoche pichichi con Benzema y Messi, que juega hoy. El Celta, eso sí, se mantenía cuarto, en puesto 'Champions'.n
