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"Aún no le ha empatado a nadie"

Brais Méndez posa con sus padres tras unos días que la familia no olvidará nunca.
photo_camera Brais Méndez posa con sus padres tras unos días que la familia no olvidará nunca.

La explosión internacional de Brais llena de felicidad a su entorno, que aun así lo mantiene con los pies en el suelo

Cuando un futbolista vive un día de gloria, como el de Brais Méndez el pasado domingo con su debut con gol en la selección española absoluta, un pequeño universo a su alrededor lo vive con él. Incluso, con más intensidad que él. Familiares, amigos, compañeros de equipo, excompañeros de equipo, exentrenadores... Ese entorno del que se habla como un ente unívoco se extiende por muchos puntos de la geografía española y más allá en el caso del mosense.

Cuando el domingo a las diez y veinte de la noche, el céltico anotó su gol, apenas 19 minutos después de debutar con la selección española absoluta, muy cerca, en la grada del estadio de Gran Canaria, su padre, su madre, su tío, su primo, una de sus abuelas, algún amigo y su representante, Juan Sánchez, vivían con gozo su alegría. "Imagínate... No sabes qué hacer. Gritar, saltar, llorar… Un momento inolvidable". Quien así lo describe es Modesto Méndez 'Pupi', su orgulloso padre, quien también vivió su época de futbolista, con el Cambados en Segunda B como estilete. 
Modesto hace tanto honor a su nombre que enseguida pide a su interlocutor que lo llame Pupi, su apodo de siempre. Un detalle que revela los valores que él y el resto de la familia han inculcado e inculcan al ahora jugador celeste. "Lleva un mes muy completo, tanto deportivo, como personal y anímico. Ha empezado a dar pasos agigantados pero siempre con la humildad y la personalidad que lo caracteriza. Hay que ir paso a paso y siempre con los pies en el suelo", dice todavía desde Canarias. Desde ese conocimiento de su vástago, reseña que este debut con gol "tampoco te creas que le va a desencajar mucho. Ya está en Vigo, tranquilo, descansando para mañana volver a entrenar y pensar ya en el siguiente partido. Y a seguir".
Escuchando hablar al padre, uno entiende la madurez del hijo. "Hemos intentado inculcarle unos valores. Ser buena persona, amistad, unión familiar, estudio... Intentar darle unas pautas porque esto es una carrera muy larga y él está empezando todavía. No le ha empatado a nadie", dice. E incluso no ve en Brais nada futbolístico de él y sí "los valores que comento. En lo otro, sí que habrá un parte genética. Desde siempre ha estado jugando al fútbol. Es su pasión. Se dice que los niños vienen con un pan debajo del brazo, él vino con un balón".
Tras un mes de locura, culminado el pasado domingo, Pupi no quiere mirar demasiado hacia delante. "Sabe que es una carrera de obstáculos que hay que ir salvando. No se marca un techo ni un límite. El fútbol tiene cosas muy gratas y cosas muy ingratas", advierte.
El domingo, la familia de Brais quiso estar con él en Canarias  por si acaso... "Una oportunidad como ésta no te la puedes perder. Juegue o no, porque no teníamos la seguridad. Luis Enirque es un técnico impredecible", reconoce.
Pero no sólo en Canarias, Vigo y Mos se celebró la buena fortuna del canterano celeste. En A Madroa coleccionó durante su formación compañeros y amigos que ahora prosiguen sus respectivas carreras por distintas categorías y países. Dos de ellos vivieron el domingo el brillo del mosense desde Barcelona o en plena carretera. Esta última fue la circunstancia de Samu Araújo, lateral del Atlético B: "Veníamos de jugar contra el Guijuelo. Seguí el partido a lo que daba la cobertura del móvil. Pero pude ver el gol en directo".
Samu estuvo con Brais desde juvenil hasta el filial y reconoce que un crecimiento "tan rápido no se lo esperaba nadie. Eso sí, tenía y tiene calidad de sobra para eso. Desde el primer día que lo vi, se apreciaba que era un chico diferente, de calidad, de buen golpeo, zurdo… Ha ido madurando, quemando etapas. Hace dos años le vino muy bien esa temporada en el filial para coger responsabilidad. Y después está el factor suerte de que te quede ese balón ahí en el área para marcar. Pero para tenerla hay que llegar hasta ahí". Ayer, ya masticado todo, afirma que "como compañero y como amigo, la alegría es doble".
En su casa en la ciudad condal  estaba David Goldar, ahora jugador del Mataró, viendo el partido con un grupo de amigos. De Brais dice que "lo que tenía y sigue teniendo es talento y calidad individual, como muchos otros jugadores de la cantera. Pero él estaba siempre dispuesto a aprender, a escuchar. Nunca protestaba por nada. Eso ayuda muchísimo. Después, tuvo la confianza desde el club, a la que él ha respondido. Y mantiene siempre la humildad. Ahora, la selección es un foco que te pone muy arriba. Hay que cuidarlo y andar con pies de plomo".n

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