celta-real sociedad

De la apoteosis a la tragedia

Nolito controla el balón con el pecho ante el centrocampista de la Real Sociedad Esteban Granero durante el partido de ayer en Balaídos.
photo_camera Nolito controla el balón con el pecho ante el centrocampista de la Real Sociedad Esteban Granero durante el partido de ayer en Balaídos.

Un gol en propia puerta de Jonny en el 91 evita la victoria de un Celta brillante por momentos ante la Real Sociedad

El Celta ofreció distintas caras anoche. La de un ser dubitativo en los albores del partido, como un recién nacido que busca sentido a su existencia; la de un eficaz matarife que aprovechó su primera ocasión para noquear a un rival hasta entonces superior; la de un artista inspirado que crea la obra de su vida; la de un animal cansado y débil que lucha por su vida y acaba muriendo presa de su propia agonía. Todo eso fue el Celta ante la Real Sociedad en un partido dividido en varias fases bien diferenciadas y que acabó en un empate tan justo como doloroso por el modo en que se produjo, con un gol en propia meta de Jonny ya en el tiempo de descuento. 
Berizzo apostó por el mismo once de Córdoba para plantar cara a una Real sin Zurutuza, autor de un doblete en la última jornada contra el Real Madrid, pero con Vela, lastrado por una fascitis plantar que le había impedido ser titular en Liga hasta la fecha. De inicio, la Real aplicó la misma receta que el Celta como antídoto a la presión que pregona el 'Toto' y el resultado fue un claro dominio donostiarra en los primeros compases del encuentro. Los chicos de Jagoba Arrasate no sólo tenían más el balón, sino que además lo movían con mucho criterio. Es evidente que talento no les falta. Canales, Vela,Xabi Prieto, Granero, Rubén Pardo... El equipo vasco dio muestras de esa calidad que atesora y que esta temporada había reservado para Anoeta, con salidas poco afortunadas al lejano Krasnodar ruso y al vecino Eibar.
Xabi Prieto se topó con Sergio tras un genial pase de Granero al corazón del área y Vela rozó la escuadra con un zurdazo marca de la casa desde la frontal. Fueron las dos mejores ocasiones de la Real en el primer tramo del partido, que el Celta salvó sin novedades en el marcador. Que no era poco.
Con más dificultades que en las dos primeras jornadas para mover el balón, el equipo vigués dio más sensación de peligro con balones colgados a la espalda de la zaga realista en busca de Larrivey, Nolito u Orellana. Pero, poco a poco, fue sacudiéndose esa molesta presión de la Real Sociedad y empezó a aparecer en el área de Zubikarai con más asiduidad.
A los 22 minutos, Álex López no acertó a rematar en una posición inmejorable tras un centro de Planas desde la izquierda y cinco minutos después se produjo la jugada que cambió el partido. Orellana fue el principo y el fin. Inició una rápida transición con un cambio de orientación hacia Nolito, que tras una pequeña pausa abrió más a la izquierda hacia Krohn-Dehli. A las botas del pequeño genio danés hay que atribuir al menos la mitad del gol que firmó Orellana, que sólo tuvo que mantener la cabeza sobre su cuello para enviar al fondo de las mallas el espectacular centro con la zurda de Krohn.
El Celta se había adelantado en el marcador posiblemente habiendo hecho menos méritos que la Real, pero lo mejor estaba por venir. El equipo vigués se creció tras el 1-0, que tuvo un efecto devastador en la escuadra donostiarra. El Celta ofreció un espectáculo memorable desde el gol de Orellana hasta el descanso. Con Krohn-Dehli como director de orquesta, el fútbol celeste rozó la perfección. La Real, desnortada en su inútil persecución de sombras celestes,  llegó a olvidar el tacto del cuero, propiedad de un equipo cuyo juego coral encontró premio tras el paso por vestuarios. A los dos minutos de la reanudación, Jonny alcanzó la línea de fondo para conectar un centro raso que Larrivey envió en primera instancia al palo y remachó después al fondo de las mallas mientras se revolcaba por el suelo.
El argentino tuvo el tercero en su cabeza, pero su testarazo a placer tras una falta botada por Nolito acabó manso en las manos de Zubikarai. La Real Sociedad necesitaba reaccionar y Arrasate movió el banquillo en busca de soluciones. Agirretxe y Chory Castro, que saltaron al campo en lugar de Vela y Rubén Pardo, resolvieron sus problemas. Ambos fueron los protagonistas de la acción que minutos más tarde metió a su equipo en el partido. Chory recogió un mal despeje de Sergio, que precisamente se caracteriza por su dominio del juego con los pies, y soltó un zapatazo desde la frontal que el meta de Catoira rechazó demasiado en corto para que Agirretxe, con un toque sutil, marcase el 2-1.
El partido se complicó para el Celta, que perdió a Cabral por lesión –el debutante Sergi Gómez ocupó su lugar–, y acusó un notable bajón físico, como sucedió en Córdoba pero sin el calor como excusa. El equipo de Berizzo trató de ser valiente y buscó la sentencia, pero le faltaron fuerzas para contener a una Real cada vez más dominante que lo intentó con denuedo. Granero rozó el empate con un remate al palo en el 87 y ya en el descuento logró su objetivo con un centro que Jonny introdujo en su propia portería. Triste final para una obra que iba camino de ser maestra.

Celta:
Sergio; Jonny, Cabral (Sergi Gómez, min. 74), Fontás, Planas; Radoja, Álex López (Pablo Hernández, min. 65), Krohn-Dehli; Orellana, Larrivey (Charles, min. 82), Nolito.
Real Sociedad:
Zubikarai; Zaldúa, Elustondo, Íñigo Martínez, De la Bella; Markel Bergara (Gaztañaga, min. 77), Rubén Pardo (Chory Castro, min. 58); Xabi Prieto, Granero, Canales; Vela (Agirretxe, min. 58).
Gol:
1-0, min. 27: Orellana; 2-0, min. 47: Larrivey; 2-1, min. 69: Agirretxe; 2-2, min. 91: Jonny, en propia puerta.
Árbitro:
Hernández Hernández (canario). Amonestó con tarjeta amarilla a Nolito, Canales, Zaldúa, Granero, Markel Bergara y Agirretxe.
Incidencias:
Partido correspondiente a la tercera jornada de Primera División disputado en el estadio de Balaídos ante 19.385 espectadores.

Te puede interesar