juegos olímpicos

Años de deporte

Alejandro Gómez señala su nombre en el monumento a los olímpicos en Rosalía de Castro.
photo_camera Alejandro Gómez señala su nombre en el monumento a los olímpicos en Rosalía de Castro.

Un cambio de miradas para comenzar a relatar las diversas experiencias y compartir los detalles de una fecha histórica

Una tarde de verano en Castrelos, en la puerta del Museo Quiñones de León. Un saludo, dos frases y la conversación entre dos deportistas de gran nivel comienza a fluir. Es el momento de apartarse y dejar que fluyan las experiencias dentro de la competición y también alrededor de ella.
Enrique Míguez y Leopoldo Centeno no se conocían pero pronto intercambian su visión de Barcelona 92. Hablan de su deporte, de la forma en que se encara una competición de tal magnitud y también de la evolución desde aquellos años. Cuentan que apenas existían entrenadores preparados en España, que llegaron muchos de fuera y que aquella cita resultó un gran cambio para la organización del deporte en todo el país.
Carlos Adán se incorpora con las zapatillas. Es uno de esos deportistas que continúa pegado a su disciplina deportiva y, tras la conversación, tiene previsto realizar unos kilómetros en Castrelos. También continúa en la piragua Enrique Míguez, aunque ahora para gozar de cada palada. 
También hablan de lo que pudo haber sido y no llegó por poco. De las oportunidades perdidas y de los fallos que todavía acumula el sistema español de deporte olímpico. Al fin y al cabo, pertenecen a deportes minoritarios, que comenzaron a profesionalizarse para aquellos Juegos de Barcelona 1992. A los participantes más veteranos de aquellos Juegos, apenas sirvió para sobrellevar sus últimos años de vida deportiva en la élite. 
Son cuatro ejemplos de una juventud de esplendor en el deporte y que, con el tiempo, tienen la experiencia para poner la vista atrás y analizar todo lo vivido en aquellos momentos. Se pueden comprobar los instantes de felicidad y también los vividos con demasiada concentración. Con la perspectiva temporal se observan los momentos que se pudieron disfrutar más, los que se dejaron escapar subidos en la ola de la pura competición y también lo que se pudo mejorar. 
En definitiva, olímpicos y deportistas. Personas con un nexo común y experiencias por compartir. Pura vida deportiva.n

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