Salvo que no se logre ninguno de los doce puntos que todavía restan en juego, el Celta 2017/2018 mejorará al anterior en número de puntos cosechados, ya que ahora mismo iguala los 45 con los que se cerró el pasado curso.
Sin embargo, de no mediar una clasificación continental a última hora –e incluso lográndola en algunos parámetros–, la actual temporada parece abocada a ser la primera en la que se dejó de crecer desde el ascenso a Primera. E incluso antes.
La gestión deportiva del Celta ha ido obteniendo rendimientos 'in crescendo' desde hace ocho ejercicios. La campaña 08/09, con Eusebio Sacristán en el banquillo desde el arranque, fue el principio de un crecimiento progresivo en resultados: asentamiento en Segunda sin pasar apuros un año; disputa de la fase de ascenso a Primera el siguiente; y ascenso a la máxima categoría a continuación.
Ya en Primera, se mantuvo la tendencia pese a las dudas del primero de los ejercicios, cuando hubo que apurar hasta la última jornada para lograr una permanencia agónica, con destitución de Paco Herrera –la única de un entrenador a mitad de curso en todo este periodo– incluida. En la campaña 12/13, se logró una salvación más que tranquila, con un noveno puesto final amparado en los 49 puntos sumados, a diez de las competiciones europeas, sólo dos puestos por encima.
Se fue Luis Enrique Martínez al Barcelona y llegó Eduardo Berizzo para iniciar su trienio en el banquillo celeste. En el primer intento, hubo sustos –en enero se rozó la destitución del técnico– pero se terminó mejorando la campaña anterior: octavo puesto y 51 puntos, a sólo cuatro de Europa. En la temporada 15/16 ya se logró esa ansiada clasificación continental
–sexto puesto con 60 puntos–, adornada con unas semifinales de Copa. Y en el tercer intento, se bajó el rendimiento en Liga –13º con 45 puntos– a costa de hacer doblete de semifinales: de nuevo en Copa y la histórica en Liga Europa.
Esa línea ascendente, salvo milagro, se frenará este curso, tan tranquilo como de transición.n
