promoción de permanencia en segunda b

La agresión a aficionados del Mérida, sin detenidos

El local fue atacado a la vez por todas sus puertas. La Policía Nacional acudió con prontitud y realizó 17 identificaciones.
photo_camera El local fue atacado a la vez por todas sus puertas. La Policía Nacional acudió con prontitud y realizó 17 identificaciones.

La Policía identificó a 17 personas tras el incidente acaecido en la tapería Mirambel

La permanencia del Coruxo en Segunda División B se vio empañada por unos desagradables incidentes, cinco horas antes del arranque del choque. El reloj marcaba las 13:30 cuando la tapería Mirambel, situada a escasos cien metros del puente de Toralla, se convirtió en una batalla campal. En torno a 50 individuos con las caras ocultas bajo máscaras y pasamontañas entraron al local armados con palos para agredir a unos 40 aficionados del Mérida, que apuraban sus aperitivos y se disponían a comer en una jornada que se presumía festiva para ellos. Los agresores, que presumiblemente pertenecen a una escisión del grupo "Celtarras", tenían bien planeada la acción, ya que desde por la mañana deambularon por la zona. De hecho, una parte entró por la puerta principal, otra por la terraza anexa al local y una tercera por detrás, desde una finca colindante y tras saltar el muro. Fue una emboscada.
"Los seguidores del Mérida en ningún caso eran agresivos. Eran aficionados normales, familias y grupos de amigos que disfrutaban del día", manifestó Daniel Fernández, propietario de la tapería en la que se registró el suceso. De esta forma, el dueño desmentía totalmente la posibilidad de que el incidente se tratase de una quedada de grupos ultra. El susto fue mayúsculo. Los agresores arrasaron todo lo que encontraron a su paso. Tanto clientes como trabajadores trataron de refugiarse, pero varias personas cayeron ante grupos de varios agresores, que se ensañaron produciendo magulladuras y contusiones. Se contabilizaron cinco heridos leves,uno de ellos con un dedo roto.
En pocos minutos, la Policía Nacional apareció en el local. Los agresores escaparon rápidamente por el bosque y por la playa. Los agentes procedieron a la identificación de hasta 17 personas y requisaron más de una decena de palos utilizados en la agresión. En cualquier caso, no hubo detenidos al no haberse producido denuncia.
Cuando todo acabó, el aspecto del local era desolador. Platos y vasos rotos, botellas estalladas con el vino esparcido por el suelo y hasta una veintena de palos que los agresores dejaron atrás en su huída. "Estimamos que los desperfectos pueden llegar a los 3.000 euros, además de lo que dejamos de ganar al no poder hacer el servicio con normalidad", reflexionaba el dueño, apesadumbrado por el incidente. Una ventana rota, una televisión destrozada y multitud de cristalería y vajilla destruidas. Esos fueron los desperfectos materiales. En cuanto a los personales, no hubo que lamentar demasiado más allá del tremendo susto que le quedó en el cuerpo a todos los implicados.

Un partido tranquilo
El suceso acaecido a mediodía no tuvo continuidad alguna por la tarde, cuando se fue acercando la hora del partido y durante el mismo. Un amplio dispositivo policial veló por la seguridad de los asistentes, pero en el campo de O Vao las dos aficiones –había un centenar de aficionados del conjunto extremeño– convivieron sin problema alguno pese a lo emocionante del marcador y la ajustada resolución de la permanencia del Coruxo y del descenso del Mérida.n

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