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La afición allana una tarde dura

Jugadores y aficionados intercambiaron ayer aplausos en el día después de la dura derrota en Sevilla.
photo_camera Jugadores y aficionados intercambiaron ayer aplausos en el día después de la dura derrota en Sevilla.

Centenar y medio de celtistas aplaudieron a los jugadores; está previsto recibir al equipo el jueves

El primer equipo celeste volvió en la tarde de ayer a los entrenamientos en las instalaciones de A Madroa tras el varapalo copero de Sevilla. Tocaba asumir la derrota y empezar a pensar en el encuentro liguero del domingo, con el mismo rival que goleó a los célticos el pasado jueves pero con Balaídos como escenario.
Los jugadores salieron al campo de entrenamiento con caras largas pero escuchando los aplausos de centenar y medio de aficionados que se acercaron para animar al equipo tras la derrota en la única sesión a puerta abierta programada por el cuerpo técnico esta semana. De entrada, los futbolistas se reunieron en el centro del campo para la habitual charla de inicio de entrenamiento del entrenador, Eduardo Berizzo, quien después se quedó únicamente con los titulares el jueves en el Sánchez Pizjuán, con los que mantuvo una charla más prolongada, todo ello bajo la atenta mirada de los seguidores presentes.
Tras las palabras, tocó empezar a ejercitarse y diez de los titulares (todos menos el meta Rubén) comenzaron a correr alrededor del campo. Cuando se acercaron a la grada, los celtistas rompieron de nuevo a aplaudir y se escucharon gritos de ánimo. Fue en ese momento cuando los jugadores mentados, tras una indicación del capitán Hugo Mallo, frenaron su marcha y correspondieron a sus aficionados con aplausos durante unos breves instantes.
Parte de la afición se empeñó desde el final del partido en hacer crecer la esperanza en la remotada. De hecho, está planificado ir a recibir al equipo a Balaídos el jueves justo antes de un choque para el que casi no quedan entradas en las gradas de Marcador y Gol.n

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