Chano, ya con el horizonte de Tokio 2020, se jugó la medalla arriesgando a salir a por Dias
El brasileño Daniel Dias es toda una eminencia en el deporte mundial. Así lo acreditan, además de sus múltiples medallas, sus tres premios Laureus (2009, 2013 y 2016). Y es el más duro competidor del vigués de adopción Sebastián 'Chano' Rodríguez, con el que mantiene una gran amistad de la que se vivió otro capítulo el pasado día 5 en el Mundial paralímpico de Ciudad de México, cuando ambos coincidieron en otra final, la de los 50 metros libre S5. "'Voy a por ti', le decía yo un poco antes. Porque con mi entrenador –Alejandro Brea– había hablado de olvidarme del vietnamita y el británico y salir a por todas, a por Daniel. Y él me contestaba: 'Estou torcendo por vocé'", narra el que pocos segundos después sería bronce mundialista sobre el que se colgó el oro.
Ese reto de seguir al nadador de referencia en su categoría ayudó en una final para la que "yo no daba un duro por mí por la mañana. El cambio horario y la altura me influían. No encontraba el ritmo y sentía el cuerpo pesado, como si nadase con paracaídas y bañador de carga... Pero Álex le dio un cambio a la última sesión de entrenamiento y... La cabeza lo es todo". Y así salió a la final a jugarse todo en apenas 35 segundos.
Porque finalmente no nadó el 100 "por un problema técnico y me lo jugaba todo a una carta". Le salió bien "y con un tiempo bastante bueno (34.66), dadas las circunstancias que rodearon a este campeonato, con el aplazamiento previo". En los Juegos de Río, su marca fue de 34.62 y se quedó a 20 centésimas de la medalla. En Ciudad de México no se le escapó y, con ella, el billete para el Europeo de Dublín del próximo año y la entrada en el ciclo de las becas ADO, "lo que no te arregla la vida del todo pero te la facilita".
Porque Chano desvela que, aún sin medalla, cree que seguiría compitiendo por llegar a Tokio a sus 60 años. "Llevo mucho tiempo en esto y durante muchos años trabajé y entrené a la vez. Mi carrera deportiva no dependía de México, pero sí me jugaba que ésta fuese más fácil o más difícil. El dinero no lo determina todo. Es fundamental la cabeza y seguir poniéndome nervioso como un crío justo antes de cada competición", analiza.
También porque siente que sus mejores marcas no están tan lejos. "En la natación, con los años la tendencia es a acortar distancias. Y si no se hubiese aplazado el Mundial, estaba para hacer una de mis mejores marcas", asegura.
Ahora, mezcla en su cabeza las citas internacionales en piscina con la soñada travesía a Sálvora. Y en 2018 espera la visita en Vigo de Daniel Dias, su amigo. Su rival.n
