La cantante de culto ofreció un concierto lleno de sorpresas musicales en el teatro García Barbón.
La alemana afincada en Nueva York, Ute Lemper actuó ayer ante un público de incondicionales, que si bien no llenaron el aforo del teatro García Barbón, sí disfrutó con la interpretación de la artista. Su voz no decepcionó, aunque su escaso dominio del castellano deslució la actuación. Después de una breve introducción instrumental, la germana hizo su entrada, llenando el escenario con su impresionante presencia. Con un vestido negro brillante, sentía el ritmo a través de todo su cuerpo.
Lemper, más lírica que nunca, llegó a Vigo, con su último trabajo bajo el brazo, “Forever: the poems of Pablo Neruda”, en el que interpreta una selección de versos del escritor chileno. Escogió once poemas de amor del libro que Neruda realizó en Isla Negra durante los años de exilio. En el repertorio hizo repaso a la totalidad de los temas desde los más sensuales (“Tus manos”), hasta los más desesperados (“El poema de la Tristeza”). Los hubo más raciales como “El Sueño”, donde encontró el espíritu flamenco que buscaba. En “Sonata” destacaron los rápidos cambios de ritmos con los que emuló las imágenes del poema, enfrentadas entre si. En “Oda por un lamento”, un grito desgarrador marcó el inicio de la composición.
Uno de los momentos cumbres fue el poema de la Tristeza”, donde se unió a la melodía con sonidos guturales y ronroneos, convirtiendo su voz en un instrumento más. Estuvo acompañada por mandolina, piano, contrabajo, guitarra, violín y percusión. Pero este concierto incluyó alguna sorpresa como la interpretación de la canción de “Lili Marlen”, encarnando a Dietrich. El de ayer fue un concierto único, como todos los de Ute, que hasta el último momento no decide el orden de los temas.
La dilatada trayectoria profesional de Lemper la llevó a participar en los musicales “Cats”, “Peter Pan” o “Cabaret”, aunque el reconocimiento internacional le llegó con composiciones de Kurt Weill, Édith Piaf, Lotte Lenya y de la propia Dietrich.
