JUAN RAMÓN LUCAS Periodista, presenta “La maldición de la Casa Grande”

“Soy un periodista que escribió una novela, quitándole horas al sueño y a mi familia”

Juan Ramón Lucas habló de su primera novela.
photo_camera Juan Ramón Lucas habló de su primera novela.

 Juan Ramón Lucas, periodista, actualmente con programa en Onda Cero, visitó ayer Galicia para promocionar su primera novela, “La Maldición de la Casa Grande”.

Habló para los lectores de Atlántico sobre su ópera prima, donde recrea al magnate más importante de la sierra minera de Cartagena- La Unión.

¿Cómo se compagina la literatura y el periodismo?
Soy un periodista que escribió una novela, hablar de literatura son palabras mayores. Lo cierto es que se lleva quitándole muchas horas al sueño. Cada día escribía de forma disciplinada tres horas, de 3 a 6, y luego iba a la radio, y los fines de semana robándoles tiempo a mi familia. Soy muy lento, escribiendo, cuido mucho el lenguaje y volvía a atrás una y otra vez.


Al comenzar a leer la novela parece una trama del Lejano Oeste más que una historia de Cartagena.
La ambientación y los escenarios son lo más real de toda la novela, lo que está más documentado. Hay personajes reales, pero también los hay de ficción, creados para dar consistencia a la historia. Lo cierto es que tiene bastante de western con violencia, pistolas, armas y bares.


¿Cómo pudo la historia olvidar a un personaje como el Tío Lobo?
Es posible que quedase eclipsado por la figura de su yerno, José Maestre. Fue un hombre que influía desde la sombra, muy amigo del conde de Romanones, guardo discreción. O es posible que el pueblo intente olvidar lo que le resulta doloroso y Miguel Zapata fue un hombre muy importante, pero también muy cruel, con una personalidad dura y tiránica, con poca empatía.


¿Esa dureza fue fruto de su vida?
Al investigar su historia y su carácter se muestra como un tipo duro, como todos los ganaderos, que alimenta la leyenda donde se enfrenta a los lobos. Es violento y no hace concesiones al enemigo, así es como él mismo se describe.


¿Cómo encuentra este personaje?
Tengo un vínculo afectivo con La Unión. Acudo desde hace años a su festival de canté de mina, del que ya fui pregonero. En una cena flamenca, en el antiguo teatro, su alcalde, Paco Bernabé empezó a hablarnos de El Lobo a María Dueñas y a mí. Me fascinó el personaje y le dije a María que ahí tenía una novela. Ella estaba inmersa en “La Templanza” por lo que me dio el pase. Yo llevaba tiempo con la idea de escribir una novela y por casualidad, di con el personaje.


¿Dónde encontró la pista perdida para documentarse?
Hubo muchas fuentes, pero la principal fueron las conversaciones con la gente de la zona. Hubo más empresarios mineros, pero él fue el más importante, simboliza el capitalismo más duro. Busqué lo que se escribió sobre la familia y revisé la hemeroteca. Llego un punto que tenía tanta información que no sabía qué escribir. Decidí tomar la perspectiva de las emociones, renunciado en parte al rigor histórico.


Es entonces cuando aparece María, la guapa.
Cuido a El Lobo, fue su enfermera, él se enamoró de ella. Tiene la fuerza de quien cuenta la historia de cerca y toca a tres generaciones de Zapata. Habla desde la emoción y explica el porqué. Cuando encontré a María, encontré la novela. Me permite todas las miradas posibles sobre la familia, vive en la casa, tiene un hijo de una Zapata y es amante de El Lobo. Quise contarlo desde la perspectiva de la mujer, la parte más débil de la pirámide. Ofrece una visión desde abajo, pero también desde arriba. Me permitió lo que buscaba, dar a conocer una realidad que existió, acercarla al lector y que le sorprenda. Es fácil identificarse con ella, además sufre abusos, un mal muy contemporáneo.


¿Le quedaron ganas de repetir con otra novela?
Me quedó mucho que contar. Sufrí mucho, pero estoy loco por volver a empezar con una segunda parte porque varios personajes se quedaron cortos y necesito contar más sobre ellos.

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