La abogada María Oruña (Vigo, 1976) se consolida como novelista con su segundo trabajo “Un lugar a donde ir”. Recupera a la teniente Dolores Redondo para abordar una nueva trama, la segunda de tres: “Esto no es una triología, como mucho una saga de tres libros independientes”, puntualiza en una entrevista concedida a este medio con motivo de la presentación de su último trabajo, ayer, en El Corte Inglés.
¿Por qué regresó a Cantabria para ambientar la historia?
Hay algo que tenía muy claro. Tal vez lo soñé. Desde el principio pensé en tres temas localizados allí con historias independientes. En “Puerto escondido” me centro en anécdotas de la guerra y la postguerra; en éste, trato sobre las cuevas y hay un tercero, en el que estoy trabajando y del que aún no voy a desvelar nada. Es un sitio que conozco bien y la primera pedía que se ambientase allí porque se basa en historias de la zona que me contaban mis abuelos, cosas que no aparecen ni en la wikipedia. La segunda también tiene que localizarse allí porque es donde vive y trabaja Valentina Redondo vive y trabaja, además habla de cuevas y las cavidades de Cantábrica son únicas.
¿Por qué la teniente de la Guardia Civil es la protagonista de sus dos novelas y lo será de la tercera?
Ella es la que justifica el hilo de la investigación. Pero no la considero un personaje central, es una historia coral, donde todas son fundamentales.
¿Cómo logra que tramas tan dispares encajen en una unidad?
Al llegar al final de la novela, el lector debe valorar si he conseguido engañarlo, porque en el desenlace es donde toman sentido todas las pistas que he ido dejando en cada capítulo. No soy una escritora que en las últimas veinte páginas se saca un malo de la chistera. Es alguien que está ahí. Hay personas que cuando acaban vuelven atrás para comprobar sin se podía intuir. Mi objetivo es no defraudarles.
Además de novela negra, sus tramas incluyen temas históricos. ¿Hacen una buena combinación?
No es solo una novela policial. Hay muchas curiosidades todas muy extrañas y contrastadas. No existe un plan de marketing detrás. Escribo lo que me gustaría leer a mí. ¿Novela negra? No sé en qué color escribo; hay algo de acción, música, humor y de romanticismo , un poco.
Precisamente, se citan canciones en varios capítulos. ¿Es fundamental la música para la configuración de los escenarios?
La música no suena porque sí. Al igual que las citas que hay al comienzo de cada capítulo, las canciones dan pistas de los personajes y de la acción con los que el lector se va a encontrar.
Con esto semeja que el proceso de documentación aún es más meticuloso de lo que ya parecía.
El truco del novelista es que no se note el trabajo de documentación. En esta novela trato temas que desconocía como arqueología o paracaidismo, por lo que tuve que asesorarme. Es como ir rascando trozos de realidad.n
