Julián Hernández, vocalista de Siniestro Total, se estrena como novelista con “Sustancia negra”, una propuesta de humor negro
n n n Julián Hernández, vigués nacido en Madrid en 1960, alcanzó la popularidad a través de la música. Líder de Siniestro Total, también ha orientado su creatividad hacia la poesía o la interpretación. Vuelva a ser actualidad, pero en esta ocasión por una novela, su ópera prima, “Sustancia negra”. El 3 de marzo la presenta en Madrid y de ella ha hablado para Atlántico.
Escribe y colabora regularmente en los medios de comunicación, ¿pero cómo surge la idea de escribir una novela?
Fundamentalmente, y para ser justos, fue idea de Belén Bermejo, editora de ficción de Espasa, que se puso en contacto conmigo a través de Mario Tascón, amigo común. Lo que pasa es que ya flotaba el asunto por ahí y había habido varias propuestas que no fueron adelante. No me pilló fuera de juego porque yo ya había publicado alguna cosa de ficción en fanzines y en medios como El Butano Popular. Sólo faltaba que me obligaran a hacerlo. Trabajar bajo presión es sanísimo para escribir.
¿Es la creatividad que busca nuevas vías de expresión?
¡A lo mejor sí! Bueno, en realidad es la forma de canalizar la verborrea patológica que nos caracteriza, que más que verborrea, es verborragia.
Parece un poco complicado clasificar el género de “Sustancia negra”.
Sí, yo también lo tengo complicado. Más que género (que podría ser de aventuras, como puso Óscar Mariné en la cubierta), es una historia desarrollada bajo un sistema operativo realmente eficaz, al menos para mí: el humor negro.
En esta novela hay más de una historia que transcurren paralelas, ¿cuál es el hilo conductor?
Es la historia de un secuestro sin más objetivo que someter al secuestrado al suplicio de la gota china. El secuestrador, Insecto Palo, confina al secuestrado, simplemente B (un tipo aparentemente anodino y elegido al azar), en su apartamento del piso once de un edificio digamos singular. Los dos asisten a terribles acontecimientos mundiales por TV y prensa. La subtrama es el apocalipsis, esa pequeña fiesta que está ahí a la vuelta de la esquina…
¿Se pueden encontrar semejanzas en el estilo narrativo de esta novela con las letras de sus canciones?
Supongo que son mundos distintos, pero también es cierto que escribir es como una huella digital de la que no te puedes desprender. En todo caso, yo no tengo perspectiva para ver qué puede haber de qué en cada cosa. Lo que sí hay es mucha música en “Sustancia negra”, directamente integrada en la trama. Deformación profesional, que se dice.
¿Cuándo vendrá a promocionarla a Vigo?
Estamos preparando una presentación en sentido estricto en Vigo, en principio en La Casa del Libro. ¡El mundo del libro es muy distinto del mundo de la música!
¿Será la primera o un caso único?
¡Se trata de montar todas las fiestas que se pueda, que la vida se pasa en un suspiro! Porque una presentación de un libro tiene que ser divertida, que no es lo contrario de que sea seria. Con un poco de suerte, continuaremos por ferias del libro y otros saraos.
Para acabar, un tópico: ¿Qué resulta más gratificante: escribir o cantar?
Escribir en España es llorar, decía Larra (en realidad decía Madrid, pero en fin…), y la música está como está. En lo personal, son dos válvulas de escape y hay que vencer la timidez patológica de maneras distintas: en el rock’n’roll con ruido y escribiendo con tabaco y té. Ya sin tanta literatura, digamos que esto se llama pluriempleo y hay que apañar con todo.n
