n n n Marcos Pereiro, Oswaldo Digón y Santi Romay cerraron ayer en el auditorio del García Barbón la gira de “Coleccionistas”. Finalizó así un periplo de dos meses que los llevó a pequeñas villas fuera de los circuitos habituales: “Es un espectáculo nuevo, así que buscamos sitios donde no hubiera mucha gente, un público que acudió a la sala aún sin saber muy bien que iba a ver”, apuntó Pereiro, antes de subir al escenario vigués.
Y es que su propuesta es difícil de clasificar: teatro, improvisación o show interactivo. “Lo que intentamos es convertir al espectador en un coleccionista de arte, le entregamos un programa de mano con 20 obras y nosotros, tres individuos sin idea de arte que acabamos en una galería, pedimos ayuda a los expertos entre público”. Pero para Pereiro lo grave del guión, es que no hay guión: “Nunca sabemos que va a tocar, son los espectadores lo que eligen las obras y nosotros tenemos que hablar sobre ellas”. Diferentes en cada función, los actores tampoco conocen qué dirán sus compañeros, un reto para Pereiro: “Nunca había ensayado tanto para una obra, hay que trabajar el mecanismo para crear una historia en el momento, sin dudar y seguir el hilo de las otras intervenciones de forma coherente”.
Cuando la representación teatral se acabó, en “Coleccionistas” comenzó la segunda parte: una subasta real de las pinturas escogidas durante la propia función. Son reproducciones, pero por el reverso, el director Oswaldo Digón dibuja una viñeta con la escena que generó ese cuadro. El precio de salida suele ser de cinco euros, hasta llegar a los 100 o a los 120 por función. La compañía entregó el dinero recaudado en cada función a la Cruz Roja para invertir en programas de la propia localidad. n
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‘Coleccionista’ sumó arte, teatro, improvisación y solidaridad
