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Arte de sensaciones e intimidad

Vanesa Otero, la comisaria, y Juan Adrio, el artista, posan en la sala de la Fundación Laxeiro, con la gran pantalla donde se visualizan las fotografías, el único foco de atracción del espacio.
photo_camera Vanesa Otero, la comisaria, y Juan Adrio, el artista, posan en la sala de la Fundación Laxeiro, con la gran pantalla donde se visualizan las fotografías, el único foco de atracción del espacio.

El fotógrafo Juan Adrio (Pontevedra, 1971) inauguró ayer en la Fundación Laxeiro, “Visibilidad mínima”, una sucesión de imágenes, donde el paisaje es devorado por la niebla creando un ambiente que invita a reflexionar

nnn Neutralidad. Impasse. Son las primeras ideas que surgen al entrar estos días en la sala de exposiciones de la Fundación Laxeiro. Ayer se inauguró una nueva muestra, “Visibilidad mínima”, de Juan Adrio que transformó el espacio hasta convertirlo en un refugio. Con las paredes pintadas de gris, reina el silencio, en semipenumbra, donde el único foco de atención es una gran pantalla. Se proyectan en bucle 32 fotografías, paisajes devorados por la niebla. 
La idea surgió en los viajes diarios que el autor hacía de Vigo a Ourense. Cautivado por la fuerza de los montes y la envoltura casi mitológico de las nubes bajas, Adrio grabó mentalmente las mejores localizaciones para inmortalizarlas entre septiembre y enero. “Me interesaba mostrar cómo se abre y cómo se oculta el paisaje sin previo aviso”, señala el artista.
Realizadas en color, la presencia cromática casi se limita a la degradación de blancos y grises por la omnipresencia de la niebla. La comisaria Vanesa Díaz explica el título de la exposición en la simplicidad de las imágenes. Para Díaz,  la desaparición de los montes comidos por las nubes puede tener mil lecturas como las relacionadas con la crisis “tanto de visibilidad como la ocasionada por el paso del tiempo, un factor muy presente en esta muestra”.
El minimalismo llevado al extremo invita al espectador a aislarse del exterior, a quedarse a solas con sus propios pensamientos, con la única distracción de las imágenes. Solo un elemento rompía esa atmósfera hipnótica: la resonancia de la propia sala, algo de lo que la comisaria y el director de la Fundación, Javier P. Buján, tomaron nota. 
Con la visualización de su obra sobre la pared, Adrio acabó por convencerse de un formato tan étereo: “Yo soy un fotógrafo más ‘objetual’, me gusta tocar mis fotos y  en algún momento éstas pasarán a papel”, aseguró.

el contrapunto a los mares
“Visibilidad mínima” la exposición que Adrio inauguró ayer en Vigo es el contrapunto de “Tempo Gris”, la muestra que el Outono Fotográfico llevó a Pontevedra en 2013. Fotografías de mares, barrocas y llenas de fuerza que se contraponen a la tranquilidad de los montes.n

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