O Furancho de Vincios en Gondomar

Estos días festivos, he recorrido aquellos lugares de las parroquias del Valle Miñor. Mi primer visita fue para el furancho de Vincios. Este furancho está enclavado en la carretera de Gondomar-Vincios, la rotonda que va a Morgadanes-Peitieiros, en el barrio de Casas nº 9, tiene un buen aparcamiento para dejar el coche mientras uno repone su estómago con un buen vino y una buena tapa.
Al frente de este furancho con esas mesas corridas en donde todas las conversaciones son sobre los vinos y las tapas, están Susana Alonso y su marido Constante Figueroa que son los verdaderos alma mater del negocio, ella en la cocina siempre dispuesta con su sonrisa, y él, lo mismo, sirviendo y dando el do de pecho siempre con su verdadera vocación, hablar y servir bien al cliente. Lo más importante para los que acudimos al furancho es cuando nos sirve esas tazas de vino tinto o blanco que son verdaderas 'cuncas', tazas de ese bueno y sabroso caldo del Val Miñor, mientras Sara, dispuesta como la mejor cocinera, nos ofrece tortilla, chorizos, empanada, oreja, callos, paella, una zorza maravillosa y todo eso por cada taza que uno se toma se paga un euro incluida su tapa correspondiente.

Sinceramente, es digno de acudir al furancho de Vincios de Susana y Constante. Enhorabuena amigos, volveré a repetir la dosis, aunque la guardia civil me controle el aliento, ese vino y esa tapa se lo merece todo.

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