La Guardia Civil no descarta nuevos hallazgos de explosivos y continuará con la búsqueda de nuevos depósitos ilegales
Mientras los vecinos de Paramos, donde el miércoles explotó uno de los almacenes clandestinos del dueño de la pirotecnia, continúan trabajando por recuperar sus vidas, en la parroquia vecina de Baldráns cunde el temor. El hallazgo de dos nuevos polvorines entre las viviendas habitadas y a unos cien metros de las instalaciones de La Gallega ha puesto en alerta a los residentes. Francisco Gómez, vque denunció a La Pirotecnia ya había advertido del riesgo y sus idas y vecinas al juzgado y al cuartel no fueron efectivas.
Como él, otros vecinos de la zona temen que haya más pólvora escondida y un accidente como el de Paramos pueda repetirse.
Mientras, en la ‘zona cero’ el trabajo de los bomberos de Porriño y el técnico municipal durante el sábado permitió a los damnificados acercarse algunas de las viviendas para recuperar sus efectos.
“Estuvimos apuntalando y revisando el estado de las casas”, explicaron los bomberos.
El Concello continúa con el proyecto de realojo y cuenta ya con una docena de pisos para las familias que no podrán regresar a sus casas.
La onda expansiva afectó a un total de sesenta viviendas, varias totalmente destruidas, entre ellas el taller donde el detenido guardaba el material explosivo.
A la izquierda los tubos de almacenamiento de pólvora que dieron la voz de alarma para hallar el nuevo almacén. A la derecha, el vecino que denunció a la pirotecnia.
