El juzgado decretó el cierre dos veces y conminó al Concello a restituir la legalidad urbanística
nnn El taller mecánico en cuestión se trasladó en 2002 a la carretera de Ribadetea, barrio del Puente (Ponteareas), donde se ubicó en una nave de nueva construcción (que excede el volúmen permitido), colindante con una vivienda propiedad de una familia habitada desde 1992, y separadas ambas construcciones por un estrecho pasillo -entre pared y pared de escasos 3 metros-, donde se estacionan vehículos de todo tipo y se lavan motos contra el lateral de la vivienda.
"Llevamos mucho tiempo soportando ruidos ensordecedores a pleno día mientras realizan lavados de motores en la zona exterior contra la pared de nuestra casa con las consiguientes salpìcaduras de aceite durante el proceso, además de humos, olores, liberación de gases tóxicos a menos de 50 centímetros de la entrada de nuestra vivienda, impidiendo que podamos abrir las ventanas y además, cuando llueve fuerte entra el agua en el garaje porque levantaron el pavimento del 'pasillo' para que desagüe el agua del lavado de coches y motos", explican los propietarios a este diario visiblemente "indignados" por la situación.
"Hay sentencias condenatorias (2015 y 2016), decretando el cese provisional de actividad del taller y conminando al Concello de Ponteareas a precintarlo y restituir la legalidad urbanística de compatibilidad de usos previstos en el planeamiento vigente en relación a la finca que ocupa Talleres Besada". Pero -según denuncia la familia perjudicada-, "dos semanas después de que la Policía Local colocase el precinto por orden del juez, a las dos semanas desapareció y el taller retomó su actividad sin que desde el Concello hiciesen nada, ni entonces ni ahora". Y por cierto, "casualmente" pocos días después del precintado "contra nuestra fachada se lanzaron huevos y pintura".
Todas las naves ubicadas en esta zona de A Ponte-Ribadetea, "están en situación irrregular, incluido otro taller que es de un primo del alcalde", concluye la familia afectada.n
