Claudio Vasconcellos, "Caíno" Pintor natural de Baiona

"Soy un nostálgico, siempre trato de volver a la infancia"

Claudio Vasconcellos, Caíno, en su estudio ubicado en su casa de herencia familiar en Baiona
photo_camera Claudio Vasconcellos, Caíno, en su estudio ubicado en su casa de herencia familiar en Baiona

El artista se encuentra trabajando en un nuevo proyecto que fusiona fotografía y literatura 

nnn  Claudio  Vasconcellos, más conocido como Caíno, es natural de Baiona y nació en el año 1948. Su trabajo siempre estuvo relacionado con el mundo farmacéutico hasta que se fue a Inglaterra donde trabajó dos años como cocinero . Siempre sintió una atracción especial por la pintura  y aún se acuerda de su primera caja de acuarelas que consiguió con 10 años de edad gracias a un programa radiofónico, recuerdo que viene a su cabeza cada vez que utiliza este tipo de pinturas debido a su olor tan característico. El artista pasó por varias épocas y estilos como el impresionismo, cubismo o  surrealismo pero siempre con un toque y una mezcla de colores propio, muy suyo. Actualmente está participando en una exposición colectiva en la galería Sargadelos de Baiona, vive de la pintura pero recuerda con anhelo sus primeras muestras  al aire libre en un conocido parque londinense. En 2011 escribió un libro de poesía llamado “As portas ausentes” pero se encuentra trabajando en su nuevo proyecto “Os ollos no tempo”, una serie de 200 fotografías de la villa de zonas que ya no existen o que sufrieron serias modificaciones debido al paso del progreso, todas ellas acompañadas de textos reflexivos sobre las imágenes que reflejan.
De donde surgió su devoción por la pintura?¿
La verdad que siempre sentí algo especial por ella, el primer cuadro que recuerdo fue uno que hice a acuarela del monumento de  la Santísima Trinidad con 11 años, pero supongo que habría pintado más. Aun así no sabría decirte de donde viene.
En los años 70 tendría que haber una diferencia enorme entre Baiona y Londres ¿No es así? 
Aquí en Baiona no había nada, la gente andaba de luto y cuando llegue a Inglaterra la diferencia fue enorme, una sociedad mucho más evolucionada y allí descubrí la pintura que se hacía en el mundo. Incluso ya existían los todo a 100.
A medida que va pintando va formando un estilo propio y definido. ¿Cómo fue su proceso?
La verdad que en mi caso nunca paro de adquirir nuevos conocimiento y aprendí a  entender al arte como es y tratar de llegar a lo que está bien y lo que está mal hasta el punto de ser un inconformista. Ahora mismo me encuentro en el punto de que pinto lo que me gusta pero adaptado al mercado, es decir que también tenga venta.
Sus temáticas son muy marcadas, tratan sobre escenas cotidianas de la sociedad  tradicional baionesa, niños paisajes o romerías. ¿Se considera un nostálgico o un mero transmisor de la tradicionalidad? 
Yo soy un nostálgico, siempre trato de volver al jardín de infancia y los recuerdos que tengo son preciosos hasta los años 70 que debido al progreso muchos espacios increíbles se destruyeron. Recuerdo un parque en la Santísima Trinidad que era como una catedral de la naturaleza, esta destrucción de espacios tan bonitos provocaron que me sienta en la obligación de hacer un guiño para que no caigan en el olvido y se mantengan en el recuerdo de todos los que tuvieron la oportunidad de vivirlos. 
En cuanto a su libro toca los mismos temas que con sus pinturas. ¿Comunica lo mismo a través de otro lenguaje?
Si y la verdad es que soy un sentimental. Considero que  lo que nos puede vencer casi con seguridad es el amor y la ternura.
¿Cuantas exposiciones hizo?
Muchisimas, no lo sé exactamente pero cientos.
Usted también expuso en la galería Jadite de nueva York. ¿Cómo fue la experiencia?
La verdad que es otro mundo, valoran muchísimo más las obras de arte. En Londres también ocurre esto.  El problema de España es que la mayoría de las personas valoran más un coche que una pintura.
Usted esté íntimamente ligado a la cultura gallega ¿Hay algo que quisiese resaltar en la actualidad?
Ahora que lo dice pues sí,  me desilusiona un poco que aquí en la villa de Baiona parece que los únicos personajes que tuvieron un peso histórico fueron o Pinzón o Cristóbal Colón, tienen el 99% de los espacios públicos en su memoria pero prácticamente nada de los que lucharon por mantener viva la cultura gallega como Rosalía o Curros, para ellos ni un simple camino. n

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