val miñor

El recuerdo del "Thalassa" aún sigue vivo en Baiona

Arnhild Utheim, ayer , en el cementerio de Baiona, señala dónde están enterrados sus padres.
photo_camera Arnhild Utheim, ayer , en el cementerio de Baiona, señala dónde están enterrados sus padres.

La única superviviente visitó el lugar y el cementerio 70 años después de la tragedia donde murió toda su familia

nnn Concello de Baiona y Talaso Atlántico han rendido homenaje a las víctimas del "Thalassa" y a su única superviviente, Arnhild Utheim, setenta años después de la tragedia. El naufragio que conmocionó Baiona ocurrió la noche del 31 de diciembre de 1948 en Cabo Silleiro, a escasos metros del lugar donde hoy se levanta el Talaso Atlántico. Durante el homenaje, Arnhild aseguró que “después de haber vivido la ciclogénesis de estos días, ahora entiendo que la gente me diga que más que una superviviente, soy un milagro.” “Es la primera vez que, estando en Galicia vivo un tiempo similar al de aquel 31 de diciembre de 1948”, añadió.
Arnhild Utheim (Arnild Karlsen, cuando ocurrió la tragedia), aseguró que el laborioso trabajo de documentación realizado para el acto conmemorativo, le ha ayudado para “juntar piezas del rompecabezas de mi vida”. Arnhild agradeció a todos los promotores del homenaje, Concello de Baiona y Talaso Atlántico, y alabó el cariño que siempre recibió de Baiona y de sus habitantes, especialmente de la familia que durante años se ocupó de cuidar las tumbas de su familia. “Para mí Baiona es mi segundo hogar y aquí tengo una hermana pequeña, Arnilda”, en alusión a Arnilda Estévez, hija de uno de los marineros que ayudó en el rescate de los restos del Thalassa y que decidió llamar así a su hija, nacida unos meses después de la tragedia. 
La directora del Talaso Atlántico, Rosana Canda, explicó que el homenaje de esta mañana nació hace años, cuando algunos clientes les preguntaban si el nombre del hotel tenía que ver con el barco hundido. “Y de ahí surgió la necesidad de rendirle homenaje a esta familia y pensamos que estábamos en deuda con las víctimas y quisimos poner nuestra granito de arena”, agregó Canda.
El acto conmemorativo comenzó con una ofrenda floral donde descansan los restos mortales de los padres y hermanos de Arnhild, en el cementerio de Baiona. A continuación, el alcalde de Baiona, Ángel Rodal, acompañado de la directora del Talaso Atlántico, Rosana Canda, descubrieron una placa conmemorativa en la rotonda de Cabo Silleiro, lugar que pasará a llamarse Mirador del Thalassa. Rodal subrayó el vínculo que Arnhild tiene con Baiona y los baioneses: “Esta lugar no fue elegido al azar. Está situada entre la zona en la que tuvo lugar el trágico naufragio y la playa “sin arena” en la que despertó una pequeña Arnhild de tan sólo 10 años ayudada por dos soldados que la llevaron al hospital, devolviéndole esperanza”. Añadió que “a partir de hoy, con esta placa, su recuerdo permanecerá todavía más anclado por siempre entre nosotros”.
El homenaje se cerró con la presentación de una maqueta del barco, obras del modelista José Rodríguez Fernández, que estará expuesta permanentemente en el hotel y cuya construcción supuso un laborioso trabajo de documentación ya que apenas existían imágenes del crucero. Según explicó Francisco Alonso del Río, del Talaso Atlántico, “nos encontramos con muchos clientes y amigos que nos preguntaban por la historia del barco. Esa similitud fonética entre nuestro nombre y el del barco nos empujó a investigar en la historia. Luego conocimos a Arnhild y empezamos a investigar sobre el barco”. Duró varios años hasta conseguir planos e imágenes. 

Un barco que iba a navegar a las Galápagos

 El "Thalassa" había sido construido en 1930 en un astillero en Orilia (Canadá), encargo de C.O. Stillman, el comodoro del Náutico de Canadá. Stillman utilizaba el "Thalassa" para viajar todos los años de Toronto a Florida. A su muerte, el Thalassa fue vendido y acabó como buque de entrenamiento en la Segunda Guerra Mundial. 
Posteriormente, pasó a ser propiedad de la familia Karlsen, con la intención de viajar a las Galápagos. El barco tenía 30 metros de eslora y motores diésel de 200 cv.  El "Thalassa" llegó a Vigo procedente de Stavanger (Noruega) el 24 de diciembre de 1948. Atracó en el Náutico y pasó allí las Navidades. Su tripulación, compuesta por quince personas entre los que se encontraba la familia Karlsten y la familia Tampa, viajaban rumbo a Galápagos con el fin de establecerse en el negocio de la salazón iniciado por compatriotas. 
El 31 de diciembre decidieron reanudar su viaje pero el mal tiempo les hizo cambiar de idea al llegar a Cabo Silleiro. El "Thalassa" acabó chocando contra la roca conocida como Punta do Lobo, y se partió en dos. Jaime Estévez, un marinero de Oia cuya mujer estaba embarazada, participó en las labores de recuperación de los restos del naufragio. 
Murieron todos los miembros de la tripulación, excepto una niña de diez años, Arnhild Karlsen, que apareció a la mañana siguiente varada entre las rocas y fue auxiliada por soldados del destacamento militar del faro. Cuando la mujer de Estévez dio a luz, decidieron llamar Arnilda a su hija en honor de la superviviente del naufragio. En 2012, Arnhild Karlsen (ahora Arnhild Utheim) y Arnilda Estévez se conocieron en una primera visita que aquélla hizo a Baiona para visitar las tumbas de su familia. Ayer, por segunda vez. 

Te puede interesar