Los vecinos de Zona 0 siguen realojados en pisos de alquiler sin una fecha en el horizonte para regresar a sus hogares
"Este año toca tomar el turrón en otro lado", comenta Óscar Rodríguez, uno de los vecinos de la Zona 0 que sigue realojado en un piso seis meses después de la explosión que cambió sus vidas. Estefanía Pérez está convencida que "volví a nacer. El día 22 de mayo fue mi cumpleaños y el 23 volví a nacer. La explosión me lanzó por el aire como si fuera Matrix, pero no me pasó nada. A mi abuela, que estaba en el sofá, le pasó una puerta volando al lado y a mi hija le cayó el sofá encima que la resguardo", recuerda ahora a escasos metros de lo que fue su casa y de la que solo pudieron rescatar "la foto de la boda de mis abuelos. El resto estaba inservible". Ahora viven en una casa alquilada en Guillarei y "siempre que puedo vengo a Paramos. Lo único que queremos es la vida que teníamos antes. Mi hija me dice que quiere su muñeca, Clara, que quedó bajo los escombros junto con el cuadro que hicimos con sus chupetes o las fotos de cuando era bebé", comenta. Sin embargo, y pese a haberlo perdido todo, está convencida de que aquel día "hubo un milagro en Paramos, de otra forma no se entiende que no hubiera más muertos".
Marco Antonio Estévez también sigue realojado con su familia en un piso "y no me acostumbro a estar de alquiler, nunca lo había estado antes". Su casa ya no está considerada como Zona 0 al haber sido o declarada en ruina. Sin embargo "no puedo construir ni comprar otra porque el seguro no quiere hacerse cargo de todo. Todas las administraciones y muchas compañías de seguros están pasando de nosotros. Muchas buenas palabras, pero luego nada", dice indignado después de seis meses de lucha para que le indemnicen por todo lo que perdió. "Solo son problemas y así te quitan las esperanzas de volver a recuperar tu vida" sentencia.
Para Isidro González, otro de los vecinos de Zona 0, la decisión de comprar una vivienda y no esperar por el desescombro fue imperiosa. "Necesitaba rehacer mi vida y sé que con las largas que están dando, no podría regresar a mi casa en tres o cuatro años. Ahora estamos haciendo el traslado".
