Lo habitual es encontrarse en el roscón de reyes una figurita y un haba, pero no lo es tanto hallar un billete de cinco o de diez euros y mucho menos de cincuenta o cien.
No es frecuente, pero en la comarca miñorana, gracias a Alberto Gándara González es, casi una tradición. Desde el año 2009, los roscones que elabora este nigranés, perteneciente a la cuarta generación de una conocida familia de panaderos, llevan sorpresa extra incluida.
La iniciativa nació con el objetivo de popularizar el consumo de este dulce fuera de la temporada de Pascua. En esta ocasión, los encargados de laborar los roscones que se venderán en Nochebuena, Fin de año, víspera de Reyes y el 6 de enero introducirán de manera aleatoria billetes de hasta cien euros hasta alcanzar los 5.000 euros.
Los billetes no son auténticos, son fotocopias, pero son canjeables por dinero en efectivo para gastar en tiendas en Baiona, Ramallosa, Gondomar y Ourense donde también se venderán.
El primer año regalaron mil euros, cantidad que fue subiendo en siguientes ediciones. El año pasado no lo hicieron porque acababan de instalarse en Porto do Molle. "No dio tiempo y los clientes lo echaron en falta”, indicó Alberto. El roscón elaborado con la receta tradicional, se elabora con harina, manteca, huevos, azúcar y esencia de canela y anís. El pequeño de un kilo de peso cuesta 15 euros y el grande de kilo y medio se vende a 22 euros. En esta ocasión espera superar las 4.300 unidades que vendió en 2014. De momento no venden a través de internet “aunque estamos estudiando la posibilidad porque llama mucha gente desde distintos puntos de España”.
Un negocio diversificado.
Además de roscones y pan (fabrican una media de 10 a 12.000 barras al día) elaboran pan precocinado destinado al mercado latinoamericano, fundamentalmente para cadenas hoteleras aunque también se lo piden desde Barcelona y Valencia. Ayer, salió un contenedor de 40 pies (27 palés) rumbo a los hoteles de Isla Margarita (Venezuela)
