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El monasterio de Oia cumple 10 años a la espera de reforma

Una curiosa figura de fuente en el interior del claustro del monasterio de Santa María de Oia.
photo_camera Una curiosa figura de fuente en el interior del claustro del monasterio de Santa María de Oia.

La propietaria lleva una década tramitando permisos y busca financiación: 8 millones

El propietario del monasterio de Santa María de Oia lleva ya casi diez años -se cumplen en noviembre- esperando conseguir los permisos necesarios para iniciar la reforma del histórico edificio y adaptarlo a uso residencial. El conjunto benedictino está en manos de la empresa viguesa Kaleido Logística, que adquirió el conjunto en 2005 con la idea de transformarlo en un spa con hotel para convenciones y reuniones, y que posteriormente traspasó la titularidad a una sociedad creada ex profeso, Residencial Monasterio de Oia. Desde entonces ha tratado de sortear todos los obstáculos. “Así llevamos ya nueve años de espera y lo que queda”, aseguraba resignado Juan Martínez, representante de Kaleido. En este tiempo ha cambiado casi todo, incluida la propia firma adquirente, que abandonó su denominación histórica de Vasco Gallega de Consignaciones. También en la Xunta hubo cambios políticos y además llegó una crisis que echó por tierra financiación y proyectos. Con todo, la página web de la firma  todavía destaca que el aislamiento y la estacionalidad turística de la zona hace imprescindible, además de su rehabilitación y reforma, un proyecto turístico completo, "que incluya una serie de actividades con las que aprovechar el encanto natural de la zona y la conviertan en destino turístico a lo largo de todo el año". Básicamente se trata de reconvertir el cenobio en un hotel-monumento de cuatro estrellas y 72 habitaciones.
Monasterio de Oia ha acometido varias intervenciones urgentes para la conservación, las últimas tras la ola de temporales. Sin embargo no ha podido desarrollar el proyecto.  De momento, según reconoce Juan Martínez, se trata de conseguir la aprobación del Concello de Oia de una figura urbanística, unidad de actuación, que permita dar los primeros pasos. Lleva seis meses de espera. Y la financiación no está ni  mucho menos asegurada, hacen falta ocho millones de euros que en su momento estuvieron comprometidos pero ahora dependen de que el plan pueda resultar viable. 
Vasco Gallega adquirió el complejo a su anterior propietario, el Banco Pastor, cuando decidió dar marcha atrás a sus planes de hostelería. Antes, un millonario asturiano había comprado el edificio para albergar su colección particular de arte, lo que tampoco se produjo, en una serie de acontecimientos que parecen demostrar el “mal fario” del viejo monasterio. 

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