El alcalde adelantó que meditará sus decisiones con cautela tras el "no" del pleno al PGOM
nnn Un día después de que la oposición gondomareña tumbase el Plan General de Ordenación Municipal de manera contundente en un pleno que sobrepasó la medianoche, el alcalde Fernando Guitián, declaró que por ahora no piensa tomar una decisión al respecto pero afirmó rotundamente que el municipio perdió una oportunidad excelente para iniciar la tramitación del documento Urbanístico. “La noche del jueves fue un momento muy triste para Gondomar”, añadió.
Así pues con los votos nueve en contra de CXG, PSOE, el no adscrito Eladio Costas y los cinco concejales que forman el grupo no adscrito nacionalista, el PGOM Gondomareño vuelve a caer en saco roto y el desbloqueo urbanístico de muchas zonas del término municipal tendrá que esperar a otra ocasión para su regulación.
Falto de consenso, unilateral, con poco margen de reacción, o documento más restrictivo que el de 1997, fueron algunos de los argumento esgrimidos por la oposición para vetar el Plan. Por su parte Guitián lo tuvo claro y no dudó en asegurar que los motivos anteriormente citados no fueron los que realmente llevaron a los diferentes grupos a posicionarse en contra del mismo. “La oposición no tuvo razones de peso para tomar esa decisión, atienden a otros criterios”, añadió. Pese al batacazo sufrido, prefirió no posicionarse explicando que prefiere no hablar en caliente y que necesitará unos días para reflexionar sobre los resultados en la noche del lunes.
En cuanto a los plazos para llevar el documento a aprobación inicial, el alcalde mantuvo que hace seis meses puso en conocimiento de la Corporación la intención de llevar el PGOM a pleno, “aunque algunos aseguraron que lo avisé con tres días de antelación”. Además reiteró que el documento al completo lleva un año colgado en la web municipal. Aun así admitió que se realizaron varias modificaciones en el mismo sobre la marcha, en concreto correcciones y matizaciones sobre determinados aspectos, “en todo momento para mejorarlo”.
En una sesión caracterizada por un auditorio Lois Tobío al completo los turnos de palabra se alargaron en el tiempo de manera excesiva, en algunos casos, hasta el punto que la tensión fue en aumento para desembocar en una serie de reproches intercambiados entre los diferentes miembros de la Corporación. En este punto el alcalde gondomareño afirmó que los momentos de tensión se producen y que en cierto modo son normales. "La situación provoca en determinadas ocasiones que se caldeen los ánimos, forma parte del juego", explicó.
Pese a que los representantes de los diferentes grupos no titubearon en el momento de mostrarse en contra del documento, el alcalde se mantuvo firme una vez más explicando que se trataba de un “modelo razonable”. Valoraciones aparte, Gondomar se mantiene en el limbo urbanístico con las normas de 1991, anticuadas en muchos casos y generalistas en otros. Además la situación se volvió a repetir nueve años después, aunque en 2005 fue una sentencia del órgano judicial la que echó abajo el documento de 1997. n
