val miñor

La comarca miñorana perdió miles de hectáreas forestales

En Chandebrito el fuego cercó un grupo de viviendas.
photo_camera En Chandebrito el fuego cercó un grupo de viviendas.

A falta de medios aéreos, los vecinos formaron  cadenas humanas con cubos y mangueras para evitar que el fuego llegase a las casas

n n n Tristeza e impotencia son los sentimientos que mejor definen la experiencia que vivieron este domingo los vecinos de Chandebrito y Camos, las dos parroquias que sufrieron con mayor virulencia los incendios de este domingo. El presidente de la Asociación de Vecinos de Chandebrito, Victor Manuel Vidal, aseguró que los vecinos que colaboraron en el desalojo en la zona de Puntillón, situada en la parte alta de la parroquia vivieron horas de angustiosa impotencia al  ver como estaba ardiendo todo a su alrededor sin poder hacer nada para evitarlo. "Fue tremendo.  Una situación angustiosa. Teníamos a la policía aquí, y un par de efectivos de Bomberos, pero tal y como estaba la situación, con viales cortados, estábamos completamente  inmovilizados, sin escapatoria".  La escasa altura de la vegetación que les rodeaba les salvó la vida. "Es cierto que se produjo mucho humo que nos angustió pero el calor era soportable y el aire era bastante respirable". Respecto a la determinación de evacuar la zona  con el trágico desenlace de dos personas muertas fue in extremis. "En ese momento, la policía entendió era la mas acertado pero el resultado fue trágico. Toda la parroquia está consternada" aseguró. Lo único positivo es que gracias al esfuerzo y la colaboración ciudadana se logró salvar el  99% de las casas. Se quemaron algunos galpones y en el barrio de Patrines  una casa se agrietó, reventaron los cristales y ardió una parte de ella. El Concello buscó alojamiento a la familia en San Pedro. 
Vecinos y comuneros de Camos hicieron balance en sendas reuniones del desastre.  Hubo varias viviendas desalojadas situadas en los laterales del monte y a las que el pueblo puso en peligro.  Personas evacuadas hacia el pabellón de Panxón y el de Gondomar. Sergio Gómez, uno de los comuneros  explicó que fue un día muy complicado.  "Ayudamos a salvar alguna casa, pero ardieron algunos establos pero afortunadamente noo ardió ninguna casa. Estamos sin agua. Se debió de quemar la manguera que baja del monte", indicó. Los peor es el espectáculo  dantesco que tienen a su alrededor.El monte tardará 25 años en regenerarse. Calcula que se quemaron alrededor de mil hectáreas. "El fuego llevó todo. Millones de euros. Teníamos una plantación de olivos y la repoblación de castaños", lamentó. 
José Pérez, vecino de Chandebrito:  “El fuego llegó desde Camos y Vincios, empezó a arder todo por ahí. La policía nos mandó desalojar las viviendas. Nos dijeron que nos metiéramos en los coches y que bajáramos hacia Vincios pero no se podía bajar. Estuvimos en la carretera dentro de los coches. Sobre las tres de la madrugada cuando la situación estuvo medianamente controlada volvimos para casa.  Me acosté a las seis y media por cansancio pero no dormí nada", señaló. 
El alcalde de Nigrán, Juan González, admitió que la lluvia constante  en la tarde del lunes facilitó la labor. "La realidad es que la masa forestal de Nigrán quedó mermada en un 50%, hay viviendas afectadas y lo que toca es analizarlo y reflexionar un poco para que no vuelva a ocurrir algo así". En cuanto a los medios desplegados el regidor explicó que la actuación  de GES Val Miñor  unida a Protección civil , Policía Local y Guardia Civil fueron "quienes consiguieron que el fuego no hiciera una autentica desgracia en Nigrán". Según el regidor, se solicitaron medios aéreos y humanos que nunca llegaron pese a ser imprescindibles  "porque el GES  indicaba que el fuego se estaba volviendo prácticamente incontrolable". No hay datos oficiales  del numero de viviendas o vecinos desalojado de sus casas "pero son muchas". La gente se redistribuyó a través de las redes familiares y conocidos en casas particulares. También habilitamos los hoteles de Nigrán  en el Pabellón de Panxón. Hoy tampoco habrá actividad en el CPR Estudio de Chandebrito.

Baiona bajo control
En Baiona la concejal de Medio Ambiente, María Iglesias aseguró que se desalojó por precaución  la urbanización Vista Real (Las Maclas),  la urbanización Estelas, el barrio de la Anunciada y en la  zona de San Antón - Covaterreña. "Los vecinos, un diez, se volcaron desde el primer momento y evitaron que el fuego llegase dentro de las casas," dijo la edil. En este sentido corroboró que  llamas entraron en fincas privadas y llegaron a las fachadas y muros de algunas casas pero gracias a la actuación vecinal con cadenas humanas que permanecieron al pie del cañón durante toda la jornada, se logró que no ardiese la estructura de ninguna  casa. "Se desalojaron viviendas y estuvimos con el corazón en vilo hasta las cinco de la madrugada, hora en que empezó a llover más fuerte y se logró contener el fuego. Iglesias confirmó también la evacuación del Parador. "Los huéspedes fueron reubicados en otros paradores, menos ocho que firmaron y se quedaron bajo, su responsabilidad", dijo.  En el monte Sansón, en las proximidades de la Virgen de la Roca, personal del Concello y de la Comunidad de Montes de Baredo respiró con la llegada de la lluvia. "Trabajamos toda la noche, con cubos, con barreños. Vinieron los bomberos pero los vecinos estuvieron al pie del cañón ayudando". 

Implicación en Gondomar
En Gondomar, los vecinos de Morgadáns afrontaron la tarea de evitar que el fuego llegase a sus casas con medios propios. Actuaron con cubetas, mangueras, cada uno con lo que pudo, incluso se apagó  el incendio con lágrimas. "Fue una impotencia total ver a la gente llorar temiendo que el fuego devorase sus casas. No hubo motobombas, lamentó el pedáneo, Javier Gregores, "elemento fundamental al principio para evitar el avance. Llamamos pero no acudieron", explicó. La vigilancia continuó el lunes. El propio pedáneo estuvo abriendo cortafuegos  por la mañana con maquinaria de la entidad. Un retén formado por 15 vecinos evitó la reproducción de un fuego en Camino Blanco.
El otro punto negro de la jornada incendiaria estuvo situado  en la parroquia gondomareña de Vincios, donde fueron desalojadas varias viviendas en Piñeiro y A Fraga, donde ardió un alpendre. La presidenta de la Asociación de Vecinos,  Montse Salgueiro, señaló que tras un fin de semana con mucho miedo, el lunes volvieron a sus casas. Lamentó la ausencia de medios aéreos y destacó la colaboración vecinal y del alcalde Paco Ferreira, "que se implicó personalmente en la extinción. Aquí solo estuvo un camión de bomberos, el resto era Protección Civil, Guardia Civil, Policía Local y los vecinos".  n

Te puede interesar