El lago de Cotorredondo se quedó sin una gota de agua en verano por culpa de las filtraciones en el dique, ya solucionadas
La lluvia obró el milagro. Tras solucionar los problemas de filtración que dejaban al Lago Castiñeiras con la apariencia propia de una charca en verano, esta masa de agua del Morrazo, entre Vilaboa y Marín, vuelve a contar con la apariencia que le corresponde.
El lago recupera su capacidad gracias a las numerosas precipitaciones y temporales que afectaron a la zona en las últimas semanas. Durante el verano, este importante lago se quedó en su más mínima expresión por las fisuras en el suelo, que hacían que el agua se escapase. En 2017, el Castiñeiras desaparecía del Morrazo por culpa de la sequía, esta vez la razón era un asunto todavía más complejo. Para solucionar esta "anormalidad", como calificaron desde la asociación ecologista Labecos, el Concello de Marín comenzó en septiembre los trabajos para recuperar el lago. Las labores realizadas en el Castiñeiras fueron el vaciado de todo el agua para sellar el dique y evitar que se siguiese marchando del lugar, así como la retirada de peces y especies invasoras como las carpas. Vecinos de la zona y las asociaciones ecologistas celebran esta buena noticia, esperando que los problemas de filtración no vuelvan a suceder y con la mirada puesta en la recuperación de las especies acuáticas. Con el lago a plena capacidad es el momento oportuno para "que esa masa de agua sea el hábitat de peces que encuentren las mejores condiciones para prosperar", señalan desde Labecos. Esta asociación, una de las más luchadoras por la recuperación del lago, continúa sus actividades con una charla-degustación mañana sábado a las 11 con la chef con estrella Michelin, Beatriz Sotelo. n
