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Acusados de propinar una paliza en Baiona, hablan de "montaje" de la víctima por dinero

Tres hombres, dos hermanos y el suegro de uno de ellos, acusados de presuntamente agredir a un varón en el muelle de embarcaciones deportivas de Baiona (Pontevedra) en 2010, han asegurado hoy que el testimonio de la víctima es "falso" y "una mentira".



Uno de ellos ha argumentado que el perjudicado elaboró "un montaje" para "conseguir dinero".

La vista oral por estos hechos se ha celebrado este lunes en la Sección Quinta de la Audiencia de Pontevedra, con sede en Vigo, donde la Fiscalía ha modificado sus conclusiones provisionales y ha propuesto una rebaja de las penas iniciales al considerar ahora que la víctima no padece una deformidad en la cara a causa de los golpes.

Así las cosas, ha solicitado que Miguel B.R. sea condenado a un año y seis meses de prisión; que se condene a su hermano Manuel B.R. a un año y tres meses; y que el suegro del primero, Antonio M.A., sea condenado a dos años de cárcel, como autores, todos ellos, de un delito de lesiones, frente a los tres años que solicitaba para cada uno en un inicio.

Ha pedido, además, que se aplique la circunstancia agravante de abuso de superioridad para todos ellos y la atenuante de reparación del año para uno de los encausados, Miguel B.R., que indemnizó a la víctima en la cantidad de 9.000 euros.

Antonio M.A. ha relatado que el 3 de octubre de 2010 acudió con el por aquel entonces novio de su hija, ahora marido, y el hermano de este, al muelle de la localidad de Baiona para realizar unos trabajos en su embarcación, y que se encontraron por casualidad a un hombre que lo había amenazado de muerte en varias ocasiones.

Las amenazas, ha ampliado, se originaron durante su etapa como presidente de una comunidad de montes ya que, ha dicho, la víctima "se inventó una historia sobre un camino romano" después de que "los vecinos realizasen un trabajo que a él no le gustó", y del que culpabilizaba a Antonio M.A.

Este acusado ha asegurado que en su día no presentó una denuncia contra el hombre "por respeto a su padre, que era amigo mío", ha apuntado, y ha defendido que la víctima le provocaba "miedo", a pesar de lo cual decidió acercarse a él en el muelle con la única intención de "pedir explicaciones".

Según su relato, se acercó al denunciante, le preguntó "qué problema tenía" y éste respondió agarrándole por la ropa, tras lo cual él también lo agarró, y ambos cayeron sobre la lona que cubría una de las embarcaciones que se encontraban amarradas.

Ha manifestado que no recuerda detalles de lo ocurrido por el estado en el que quedó tras la caída.

Lo que sí ha dicho recordar es que la víctima, a la que según su versión no agredió "en ningún momento", proclamó que "nos iba a sacar el dinero como lentejas".

Con todo, ha resuelto que el testimonio del perjudicado "es falso" y "un montaje"; que no intentaron "tirar al chico al mar", como sí asegura la víctima, y durante su turno de última palabra ha expresado que el denunciante es "un provocador".

Miguel B.R. sí ha reconocido haber propinado "un solo puñetazo" en la nariz al hombre pero para evitar que este golpease a Antonio M.A. ya que, según ha contado, fue el denunciante el que agarró primero las ropas de suegro, iniciándose así un forcejeo entre ambos que resultó en la caída.

Su hermano, Manuel B.R. ha dicho que no participó en la reyerta, un extremo que han corroborado los otros dos procesados.

Por su parte, la víctima ha asegurado que los tres "se abalanzaron" sobre él y que dos de ellos le sujetaron las muñecas mientras un tercero, que ha identificado como Miguel, le daba golpes en la cara, sin que tuviese posibilidad de defenderse de modo alguno.

No obstante, ha expresado que no recuerda ciertos detalles de la agresión y ha mostrado dificultades a la hora de narrar algunos aspectos, un hecho que ha justificado en que tras el primer golpe quedó "en estado de shock" y en que todos estos años ha intentado "olvidar" un episodio "traumático" para él.

Un testigo, encargado de socorrer a la víctima en aquel momento, asegura que no vio la agresión porque se encontraba bajo la lona de su barco cuando se produjeron los hechos.

Ha dicho que solo que escuchó "un golpe" y que cuando salió se encontró a los dos hombres tendidos.

Las defensas de los tres acusados han solicitado la libre absolución de sus representados o, ante una eventual condena, que se aplique la circunstancia atenuante de dilaciones.

El juicio ha quedado visto para sentencia.

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