La baldosa de Príncipe que homenajea al rapsoda Carlos Oroza, con algunos de sus versos más conocidos, “Oh Eva; évame Malú; évame Malú".
Las obras en el inmueble limítrofe y por tanto la parada de transporte pesado provocaron el destrozo del firme, que recordaba, frente a la pequeña travesía que lleva su nombre, al poeta maldito que eligió Vigo para pasar los últimos años de su vida. Así, la poesía tampoco es inmune.