Esta fuente de Matamá, muy correctamente bautizada como da Incineradora, es el último recuerdo que queda en esta parroquia de la vieja incineradora que ya hace bastantes años que fue cerrada.
Sin embargo, este caño por el que mana un fino hilo de agua, recuerda el emplazamiento de este lugar en el que la ciudad intentaba aliviar la basura generada e incapaz de asumir el viejo basurero.